Intriga Lasciva - El Instituto [48]
Capítulo 48.
El Descenso a la Locura.
La sede del club Veritas Sectatores se había convertido en un picnic nocturno. La mesa rebosaba de delicatessens. Muffins de colores chillones, churros rellenos con crema o dulce de leche, alfajores de tres clases diferentes, bizcochitos de grasa y chipá. Algo que solo Erika podía entender como “apropiado para una cena con amigas”. A pesar de que el menú se asemejaba más a una merienda, nadie protestó. La comida no era lo importante. Candy las había dejado en vilo con la primera parte de la historia de Roxana Carmín y ahora querían saber más.
—Entonces —dijo Siara—. ¿Publicaste la nota basándote en lo que viste durante el especial de la masturbación?
—En parte —dijo, mientras tomaba un sorbo de café—. Estaba trabajando en ese artículo cuando me llegó un e-mail anónimo.
—¿De quién era?
—Erika, acaba de decir que era anónimo.
—Ya sé, Siara… no soy tonta —respondió, inflando los cachetes—. Me refiero a si había alguna pista que pudiera servir para conocer el remitente.
—Por el contenido de e-mail parecía provenir de alguien que participó en la producción del programa. Quizás un editor… o tal vez algún camarógrafo.
—¿Ves? Esa es una buena pista —tomó nota del asunto—. Alguien dentro del programa intentaba sabotear a Roxana.
—O ayudarla —comentó Xamira—. La filtración anterior sirvió para aumentar la cantidad de espectadores.
—Sí, y ésta también —dijo Candy—. Pero no creo que Roxana hubiera pedido que filtren esas imágenes. De verdad la comprometieron mucho. A veces la gente me manda información desde el anonimato porque quieren exponer a alguien; pero este caso no fue tan así, porque las mismas fotos terminaron en internet. No me las dieron en exclusiva. Por eso pausé la redacción de la nota, le aseguré a mi editor que esto era una bomba, y no me equivoqué. Tuve que escribir rápido para que saliera la entrevista a tiempo. Quería hablar del descenso a la locura de Roxana Carmín y supuse que la respuesta que ella pudiera dar ante estas filtraciones era crucial. Y no me equivoqué. En el programa siguiente apareció junto a Andrea López Neri, ambas vestían el mismo conjunto de lencería del programa anterior.
Cándida inició la reproducción de un nuevo video. Todas miraron la pantalla con altas expectativas y un intenso subidón de azúcar, cortesía de Erika Arias Ballester y sus muffins multicolores.
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—Estoy muy indignada con las injustas acusaciones que se hicieron hacia mi persona. —Comenzó diciendo Roxana en su programa—. Me trataron de puta, de lesbiana, de degenerada… me dijeron cosas horribles. Cosas inmerecidas. Todo por culpa de esa chirusa de Cándida Zambrano, la pendejita esa con cara de trola que escribe para esa revista tan amarillista. Pero yo no soy ninguna puta, ni una degenerada. Lo que hice fue para ayudar a chicas con dudas con respecto a la sexualidad, y a su propio cuerpo. ¿Lo hice de una forma poco ortodoxa? Sí, quizás… elegí hacerlo de esta manera porque nadie más lo hace. Al menos no que yo sepa. Con Andrea intentamos explicar todos estos temas sin recurrir a imágenes, y nos dimos cuenta de que esto generaba más dudas que resoluciones. “Ok, entonces vamos a mostrarlo”. Y esa es la forma en la que quiero hacer esto. No limitarme solo a hablar de educación sexual, sino también mostrarlo. Si creen que por culpa de una nota malintencionada voy a dejar de hacer esto que me apasiona, se equivocan… no me conocen. —El plano se abrió para mostrar que Roxana tenía puesto el mismo conjunto de lencería que en el programa anterior—. Vine vestida así otra vez para demostrarles que no voy a dejarme amedrentar por las críticas. Yo estoy muy segura de lo que hago, es un servicio para mujeres jóvenes que quieren aprender de sexualidad de forma sana y respetuosa. Eso es lo que hago acá, y si no les gusta… pueden mirar otra cosa.
La fan N°1 de Roxana chilló en el sofá de su casa. Le encantó que su ídola mostrara tanta resolución. Además tiraba por tierra todos esos rumores malintencionados, las malas lenguas que solo querían hundirla. Sí, el método es demasiado explícito, aún le cuesta acostumbrarse a eso; pero Roxana no lo hace con malas intenciones. Aunque… está el tema de las fotos que publicó Caleidoscopio… esas fotos que ya circulan por toda internet. Son tan explícitas como confusas. ¿Qué pasó ahí exactamente? La fan N° 1 sonrió cuando escuchó a Roxana diciendo:
—Estoy acompañada, otra vez, por Andrea López Neri. Vamos a aclarar todo el asunto de las fotos, porque hay gente (muy malintencionada) que las sacó de contexto. ¿No es así, Andrea?
—Absolutamente —dijo la rubia. Ella también lucía el bonito conjunto de lencería blanca del último programa—. Tuve discusiones muy feas con mi marido por culpa de esas fotos. “¿Ahora sos lesbiana?” Me dijo. Y no, nada más lejos de la realidad. Ni Roxana ni yo somos lesbianas. Todo fue parte de un gran malentendido.
—Y empezó por culpa de la producción. Perdón, chicos… pero tengo que decirlo. En realidad fue una tontería que generó un gran problema. La persona encargada de conseguir lubricante se olvido… entonces tuvimos que improvisar. Miren, les vamos a hacer una recreación de lo ocurrido y lo van a entender.
En su nota posterior Candy hizo mucho énfasis en este detalle. Roxana podría haber usado las fotos para explicar lo ocurrido, al fin y al cabo ya todo el mundo las había visto. En cambio prefirió hacer una recreación sin ediciones.
—Así es —continuó Roxana—. Se los vamos a mostrar sin hacer ningún corte. Como si lo estuvieran viendo en vivo y en directo. Andrea, por favor acostate en la cama… así, con las piernas abiertas.
La rubia no tenía puesta la tanga, su concha depilada volvió a estar a la vista de todos los espectadores.
—Lo explicamos durante el programa —dijo Andrea—. Para una masturbación efectiva hace falta una buena lubricación. La mejor opción es usar un lubricante, pero como no teníamos… tuvimos que improvisar.
—Otra buena opción es usar saliva. Así…
Roxana dejó caer un pequeño chorro de saliva directamente sobre el clítoris de Andrea. Una de las tetas de la rubia salió de su corsé de encaje blanco, pero no le importó. ¿Qué importancia tenía que se le viera una teta después de que la gente le hubiera visto toda la concha con lujo de detalle?
—Si tienen una amiga de mucha confianza, le pueden pedir ayuda con esto —dijo Roxana—. Si ambas entienden por qué lo hacen, no debería interpretarse como algo raro… o lésbico. Es solo una amiga ayudando a la otra. ¿Cierto, Andrea?
—Muy cierto.
—En cada corte que hicimos aproveché para lubricar la vagina de Andrea. A veces lo hice de la forma que les mostré; pero sin duda el método más efectivo para una buena lubricación es pasar la lengua directamente. Así…
Roxana comenzó a lamer el clítoris de la rubia. Para algunos admiradores esto fue un exceso, pero para la Fan N° 1 fue un alivio. «Ya sabía yo que Roxana no es ninguna tortillera. Lo hizo porque era necesario para el programa», y muchos otros espectadores pensaron igual que ella.
Con las tetas ya fuera de su corpiño, solo para mostrar que no se escondía, Roxana siguió lamiendo la vagina. Lo hizo con mucha delicadeza, como si estuviera pasando la lengua por un objeto muy frágil.
—Lo más curioso —le dijo Candy a las chicas del club— es que Roxana y Andrea aprovecharon para dar consejos de sexo oral. Pero eso lo miran después, ahora quiero contarles…
—No, pará… a mí me gustaría ver esta parte —dijo Xamira—. Estoy aprendiendo a chupar conchas, por ahí me dan algún consejo útil.
—Lo mirás después en tu casa —dijo Siara—. Hasta podrías hacerlo mientras practicás con Oriana —las dos amigas intercambiaron miradas picaronas—. Pero ahora tenemos que seguir con el relato. Quiero saber hasta dónde llegó Roxana… y cómo repercutió esto en Uvisex.
—Es cierto —dijo Candy—. Y lamentablemente no puedo contarles todo en una noche. Es demasiado. El programa de Roxana duró mucho tiempo, más del que tendría que haber durado. Vamos a tener que saltar algunos detalles.
Todas estaban sentadas del mismo lado de la larga mesa, de frente al gran televisor que colgaba del techo. Erika estaba desnuda de la cintura para abajo, tenía los pies sobre la silla y se masturbaba sin ningún disimulo. A su derecha Oriana hacía lo mismo. Las otras aún seguían con la ropa puesta.
—Me imagino que habrán intentado echar a Roxana más de una vez —comentó Erika.
—Así fue, pero tenía buenas aliadas en la Junta Directiva —respondió Candy—. Además tenía a varios padres metidos en el bolsillo… de esos que le dan mucho dinero al instituto. No era tan fácil echarla. Entrevisté a varios alumnos y padres y me encontré de todo.
—¿Como qué? —Preguntó Oriana, con genuina curiosidad.
—Mmm… por ejemplo una madre que miraba los programas de Roxana junto con su hija… y hasta ponían en práctica lo que aprendían.
—Uy, me encantaría poder ver este programa junto con mi mamá. —Todas miraron a Oriana. Ella se sonrojó a más no poder—. Perdón ¿dije eso en voz alta? Hagan de cuenta que no escucharon nada. —Le dio un mordiscón a un muffin—. ¡Ay!
Oriana dio un pequeño salto en su silla, al mirar hacia abajo se encontró con Xamira. Su amiga se había deslizado por debajo de la mesa y le había levantado la pollera. Ya estaba chupándole la concha.
—Pensá en tu mami, si querés —le dijo Xamira…
—Ay, pero no… o sea, yo… Ay… dios… sii, mami…. ufff… chupamela toda. ¡Qué rico?
Las demás chicas comenzaron a reírse.
—Quedate tranquila, Ori —dijo Siara—. Acá nadie te va a juzgar por tus fantasías eróticas. Seamos sinceras, chicas… después del caso de Dalma y Emilia ¿quién no fantaseó con chuparle la concha a su madre? Porque yo sí que pensé en eso… más de una vez.
—Tu mamá es re linda —dijo Erika—. ¿Quién no tendría fantasías con ella?
—Uy, si supieran las cosas que hice con mi mamá —dijo Yelena, sorprendiendo a todas las presentes. Su verga estaba muy apretada dentro de la tanga—. Pero eso lo charlamos otro día.
—Si querés sacar la verga, hacelo —dijo Siara—, que a nadie le va a molestar.
—Uf, gracias… ya no aguantaba más —la liberó y todas se quedaron mirando ese gran miembro venoso—. Me gusta que este sea un espacio para liberar las fantasías sexuales más alocadas. Espero que no te molesten, Candy.
—Para nada. Al contrario, me encantan estas historias. Mientras más picantes, mejor… a mis lectores les gusta cuando publico cosas como éstas.
—Por ahora no podés publicar nada de lo que se hable en esta sala —le dijo Siara.
—Sí, lo sé. Tengo ética profesional. Es la única clase de ética que tengo. Lo que pase aquí dentro es privado, no se preocupen.
—Y hablando de ética profesional —dijo Erika—. ¿Te masturbabas mirando los videos de Roxana?
—Por supuesto, si eran uno más explícito que el otro.
—Ay, me encanta que seas tan pajera —chilló Erika—. ¿Te puedo chupar la concha? La debés tener re linda…
—Me harías un favor…
Candy se quitó la tanga y levantó su corta pollera tableada. Erika no perdió ni un minuto, se puso de rodillas frente a ella y comenzó a lamerle la concha lampiña. Erika pensó que era la más linda que había visto en su vida, no lo dijo en voz alta porque no quería poner celosa a Siara.
—¿Qué tan explícitos llegaron a ser los programas? —Preguntó Siara.
La rubiecita respondió con total tranquilidad, como si nadie le estuviera comiendo el clítoris.
—Bastante. Mostraron de todo, pero solían hacerlo en planos cortos, de pocos segundos. Por ejemplo, en el programa dedicado al sexo oral, Andrea chupó una verga en vivo. No mostraron todo el acto de la felación. Pusieron una cámara desde la espalda de Andrea para que se vea cómo ella movía la cabeza; pero no se veía la verga ni cómo se la metía en la boca. Roxana iba narrando todo lo que ocurría, con lujo de detalles. Explicaba de qué forma Andrea movía su lengua o cuándo la tragaba. Hubo pequeños destellos de Andre con la verga dentro de la boca, duraban un segundo, como mucho. Pero al final mostraron a Andrea de frente… luego de que Roxana dijo que el hombre ya había eyaculado. Esto fue lo que se vio en pantalla durante unos diez segundos… tiempo más que suficiente para hacer capturas de pantalla. Ah, y vale aclarar que la verga no era la de su marido.
En el televisor apareció una imagen muy pornográfica de Andrea López Neri. La rubia estaba de rodillas, mirando hacia la cámara que tomaba la perspectiva del hombre. Sostenía una enorme verga erecta con sus dos manos. Se podían ver las piernas de Andrea, con medias de red negras. Tenía las tetas al aire y tanto éstas como su cara estaban cubiertas por semen. Ella tenía la lengua afuera, le chorreaba leche de la boca.
—Wow… bastante zarpada la foto —dijo Oriana—. Me gusta. ¿De verdad se animaron a mostrar eso en el programa?
—Sí, aunque en el episodio siguiente Roxana se disculpó con la audiencia, dijo que vimos esa imagen tan explícita porque hubo un error en la edición.
—Qué conveniente —comentó Siara.
—Así es. Incluso le dijo a su audiencia que se acostumbren a esos “pequeños errores” porque los editores tenían apenas unas pocas horas para trabajar antes de subir el capítulo a la web… y que esas cosas pasan. Por supuesto que yo dije en una nota que esto era una simple excusa. Y entrevisté al marido de Andrea López Neri, a él no le hacía ninguna gracia que su esposa estuviera chupándole la verga a otro. Cada vez que discutían ella aseguraba que esto era parte de su profesión como sexóloga, que solo intentaba ayudar a la gente a entender… y que era la mejor manera de hacerlo.
—¿Y te dejaban hablar de esto en la revista? —Preguntó Oriana.
—¿Que si me dejaban? Esa foto salió impresa a página completa.
—Ah, con razón mi hermana es tan fanática de Caleidoscopio —dijo Yelena mientras se masturbaba lentamente.
—Extraño poder publicar cosas así en una revista —dijo Candy—. Pero también me gusta la libertad de escribir lo que quiero sobre el tema que se me dé la gana. En Caleidoscopio a veces tenía que hacer notas muy aburridas. Solo lo disfrutaba cuando conseguía información de un tema picante… como este. Ah, me olvidaba… un detalle importante es que después de este “desliz” con el semen en la cara de Andrea, Roxana dijo: «Si la cara te quedó llena de semen, es porque hiciste un buen trabajo. Siempre hay que terminar con la carita llena de leche».
—Coincido —dijo Yelena.
—Y para demostrar que se estaba volviendo loca, publicó esta foto en su página web.
La imagen que apareció en pantalla mostraba a Roxana acostada mirando fijamente a la cámara. El corpiño de encaje blanco estaba algo bajo y sus pezones podían verse claramente. Lo más llamativo era el semen esparcido sobre el bello rostro de la decana del instituto. También había caído un poco entre sus tetas. La imagen había sido publicada con el siguiente texto:
«No pueden negar que tener semen en la cara es lo más sexy que hay. A mí me encanta».
—Ok, entiendo porqué hablaste de “descenso a la locura” —dijo Oriana—. A esta mujer se le cruzaron los cables.
—Totalmente, y si bien todo ocurrió a lo largo de varias semanas, el deterioro de su psiquis era más que evidente. Parecía gustarle cada vez más la idea de exhibirse… o exhibir a otras personas. Esta foto trajo un gran problema. Algunas alumnas se la tomaron muy en serio y comenzaron a publicar fotos con la cara llena de semen en Twitter, etiquetando al programa. Como por ejemplo esta chica:
En pantalla apareció una muchacha muy bonita, de grandes ojos negros y nariz respingada. Tenía el cabello corto y ondulado. Estaba de rodillas, mirando a la cámara de la misma forma en que lo había hecho Andrea y se podía ver la verga que había estado chupando. Su cara estaba muy cubierta de semen y este líquido blando le chorreaba por la boca en abundancia. El comentario con el que la imagen había sido publicado decía: «Yo también hice un buen trabajo».
—Uy, me imagino que eso debió traerle problemas a Roxana —dijo Oriana.
—Sí, y quizás yo tuve un poco que ver con eso. Escribí una nota diciendo que Roxana incitaba a las alumnas del instituto a chupar vergas para que les llenen la cara de semen. Después Roxana salió diciendo que todo esto fue un gran malentendido. Miren, esto fue lo que dijo después:
Candy reprodujo un fragmento de otro de los programas de Roxana. Ella apareció en pantalla vistiendo un conjunto de lencería negra muy provocativo.
—Esperá —dijo Oriana—. ¿Empezó a vestirse así en casi todos los programas?
—Al principio solo lo hacía en algunos, después su indumentaria se fue volviendo cada vez más erótica. Andrea y sus demás colaboradoras también comenzaron a vestirse así.
—¿Colaboradoras? —Preguntó Siara.
—Ya vamos a llegar a eso, ahora miren la explicación de Roxana.
«Una vez más me sacaron de contexto. Esa chiruza de Cándida Zambrano parece que no tiene a otra persona para molestar. Aclaremos una cosa: sí, me gusta el semen. No lo considero algo sucio, me parece muy sexy y me agrada que me acaben en la cara. ¿Está mal? Claro que no. Soy mujer y tengo derecho a disfrutar un poco de mi sexualidad. Pero nunca, jamás incité a las alumnas de mi instituto a hacer lo mismo. Si lo quieren hacer, bien. Si quieren subir la foto etiquetando al programa, también está bien. ¿Saben por qué? Porque ya son adultas y son dueñas de su vida. Yo no puedo decirles qué hacer o qué no hacer. Lo importante es que mantengan una buena conducta en el instituto y respeten las normas. Con eso alcanza y sobra».
—Uy, se enojó la doña —dijo Erika, que había dejado de lamer la vagina de Candy solo por unos segundos. Luego volvió a su tarea.
—Y para redoblar la apuesta, poco después subió esta foto a su web:
La imagen en cuestión mostraba a Roxana en la cama, completamente desnuda. Tenía las piernas abiertas y su cuerpo estaba cubierto por semen. Su cara tenía pocas salpicaduras, pero entre sus tetas la descarga había sido más abundante. Había más leche bajando por su vientre, fluía como un río, hasta llegar a la cima del monte de venus, donde se encontraba con el clítoris. Su concha, que se veía perfectamente en la foto, chorreaba semen desde el interior del agujero.
«Así se ve un trabajo bien hecho». Había comentado la decana junto a la foto.
—Mamita querida… ¡qué buena que está! —Exclamó Xamira—. Me encanta que se haya animado a mostrar la concha. A mí todavía me cuesta un poco.
Ella también había detenido la chupada de concha para voltear y mirar la foto. Luego le dio un buen chupón al clítoris de Oriana, haciéndola estremecer.
—¿Y comentó algo acerca de esta foto? —Preguntó Yelena.
—Lo de siempre. Dijo que la subió sin pensar, que fue un pequeño “desliz”, como esas escenas explícitas que a veces aparecían en su programa.
—¿Qué otros “deslices” hubo? —Preguntó Siara—. Eso podría ayudarnos a entender cómo fue ese descenso a la locura, sin necesidad de que nos cuentes todo con lujo de detalles.
—Cuando el revuelo comenzó a levantar muchos comentarios negativos, Roxana decidió irse unos días de vacaciones a Japón, para “relajarse un poco”. Y desde allá subió esta foto:
En la pantalla del televisor apareció Roxana en la cama, pero esta vez estaba acostada boca abajo, dándole la espalda a la cámara. Tenía la cabeza girada hacia atrás, mirando a quien sacaba la foto. Por la ventana que aparecía a la izquierda de la imagen se podía ver una pagoda japonesa. Pero lo que más llamaba la atención era el culo de Roxana, éste se robaba todo el protagonismo por estar en primer plano. Sus nalgas y su concha eran un enchastre de abundante semen.
El comentario anexado a la foto era simple:
«La estoy pasando de maravilla en mi viaje por Japón».
—Sí que sabe divertirse —aseguró Oriana.
—Esta foto causó otro revuelo, no solo por ser tan explícita, sino porque varios entendieron que Roxana había tenido sexo anal… y ese era un tema del cual ella siempre se quejaba. Aseguraba que el sexo anal no había sido inventado para las mujeres. Lo consideraba una ofensa para el sexo femenino. «Nacimos con vagina, no tienen por qué meternos la verga por otro agujero», solía decir. En mi artículo dije que a mí no me daba la impresión de que hubiera tenido sexo anal, y que claramente se veía cómo el semen le salía de la vagina. A pesar de que ella negó rotundamente estar teniendo sexo anal, eso inició una serie de debates sobre el tema. Algunas de sus colaboradoras aseguraban que el sexo anal es fantástico, que se siente delicioso…
—Estoy de acuerdo —dijo Erika.
—Pero Roxana se mantenía firme y Andrea López Neri estaba de acuerdo con ella. La sexóloga no recomendaba el sexo anal. A una de las colaboradoras de Roxana se le ocurrió hacer un programa dedicado al tema, ella era de las que pensaban igual que Roxana y Andrea, por eso las otras chicas que colaboraban con el programa decidieron que hiciera la prueba… aunque sea con un dildo. A Roxana le pareció una excelente idea. Ese programa en cuestión fue bastante explícito, si bien las tomas generales eran pocas, abundaron. Se pudo ver a Julieta Aranda con un buen dildo metido en el culo.
Candy mostró una foto en la que una joven delgada de cabello largo castaño estaba en cuclillas. Sus ojos estaban cerrados y su boca tan abierta como sus piernas. Tenía un grueso dildo violeta metido en el culo.
—Ya no se medían ni un poquito al mostrar esto —dijo Siara.
—No, y creo que esa era la gracia del programa —aseguró Candy—. La audiencia creció muchísimo, a pesar de que algunos de los primeros fans dejaron de verlo.
La secuencia lésbica duró más de diez minutos. Después llegó lo que tantos estaban esperando. Andrea López Neri se puso en cuatro y su amante anónimo se acercó. Después de un breve preámbulo, cuando Roxana le dio la orden, penetró a la rubia.
La sexóloga se movió muy lentamente, explicándole a las mujeres de la audiencia cómo disfrutar más del acto sexual, y cómo complacer al hombre; para que ambos la pasen realmente bien.
«Lo muestro lento, para que puedan verlo bien… pero lo mejor es hacerlo rápido»
«Mostrales cómo sería hacerlo rápido, Andy», pidió Roxana.
La rubia obedeció. Empezó a moverse como una actriz porno. Sus gemidos llenaron la escena y la concha se le llenó de flujos. Su amante parecía tener mucho talento para el sexo y ella se lo hizo saber en más de una ocasión. También aprovechó a pedirle perdón a su marido. Esperaba que él entendiera que ésto era parte de su profesión.
—¡Hey! Yo conozco a esa chica —Exclamó Erika—. Cursa en tercer año.
—Así es. Si bien esto pasó hace unos años, en ese entonces las colaboradoras de Roxana cursaban primer año del instituto. Y como castigo por todo lo que ocurrió, las suspendieron un año. Por eso es que todavía están en tercero.
—Interesante —dijo Siara, mientras tomaba apuntes—. Quiero los nombres de todas las colaboradoras de Roxana. Esta es una buena pista para investigar.
—Las que más aparecían eran Julieta Aranda, la de la foto, Norma Goltz, Ignacia Sandoval y Betiana Cavallero. Había otras, pero solo salían en algunos programas.
—Che, seré curiosa —dijo Yelena—. ¿Pero cuál fue el veredicto de Julieta Aranda? ¿Le gustó la experiencia anal?
—Le encantó. Eso dejó sorprendida a toda la audiencia, porque ella tenía una opinión tan ferviente como la de Roxana. Es más, dijo que se moría de ganas de probarlo con un pene real. Tiempo después hubo otro programa de lo más explícito. Fue cuando a Roxana se le ocurrió que Andrea debía mostrarle a la audiencia cómo se debe mover una mujer en la cama. Así fue cómo empezó ese especial:
Roxana apareció en pantalla luciendo unos grandes anteojos de marco negro.
«Quiero advertirle a nuestra audiencia que este episodio tendrá imágenes sensibles. Lo siento mucho, pero no podemos hacer esto de otra manera. Andrea dará instrucciones de cómo moverse durante el acto sexual y no alcanza con que yo explique todo. Tienen que verlo, de lo contrario no sirve».
A continuación Andrea López Neri comentaba que otra vez se habían olvidado de comprar lubricante. A lo que Roxana respondió:
«No hay ningún problema. Eso lo solucionamos fácil».
En el plano siguiente ya se la veía a Roxana acostada boca arriba en la cama, tenía las tetas al aire . Andrea estaba sentada sobre su cara, mostrándole la concha a la cámara. Tanto ella como Roxana vestían lencería de cuero negro. La escena parecía sacada de una película porno de BDSM lésbico. Roxana le estaba lamiendo la concha a su amiga y compañera de escena. Lo hacía con total soltura, como si ya lo hubiera hecho mil veces.
La secuencia terminó con el hombre llenando de semen la concha de la rubia. Allí fue cuando Roxana se acercó otra vez y dijo:
«Chicas, esto no se desperdicia nunca».
La cámara mostró en primer plano cómo la decana lamía el semen directamente de la concha de la sexóloga. La verga del tipo todavía estaba ahí, entrando y saliendo de la vagina. De vez en cuando escupía otra descarga de semen. Roxana le dio un rápido chupón a la punta de la verga y luego volvió a lamer el pubis de Andrea, que rebosaba de abundante semen.
—Definitivamente éste se convirtió en programa favorito —dijo Oriana—. Lamento no haber conocido antes a Roxana. Me encanta su actitud… y me da muchísimo morbo su fetiche con el semen.
—Eso fue lo que más problemas le trajo —aseguró Candy—. Porque era uno de los puntos más reiterativos. Escribí una nota diciendo que Roxana Carmín era adicta al semen y exhibirse con la cara toda llena de leche. Aunque ella sostenía que no era una adicción. Simplemente le gustaba. Sin embargo… no podía dejar de subir fotos como ésta:
En pantalla apareció Roxana con un vestido negro, miraba a la cámara muy sonriente. La foto había sido tomada en contra picado y tenía el vestido levantado, por lo que mostraba su concha en primer plano. Tanto su cara, como el vestido y en especial su vagina, estaban cubiertos de semen.
El comentario que acompañaba la foto decía:
«Así quiero terminar una buena cena romántica. Siempre».
—Hubo un programa donde sus colaboradoras le hicieron una especie de “intervención” por este asunto —continuó diciendo Candy—. Le dijeron que todo el temita del semen se le estaba yendo de las manos. Ocurrió después de que ella posteara ésto en su web:
«Un tarado me cruzó a la salida del programa y sin ningún tipo de delicadeza me dijo que me quería dejar bien llena de leche. Un desubicado. Ni siquiera lo conozco».
Otro comentario, con fecha de varios días después, decía:
«El tarado sigue insistiendo. Me está cansando. Es muy zarpado. Otra vez me dijo “Mamita, si te agarro te dejo bañada en leche, como Cleopatra. ¿De verdad cree que con eso me va a conquistar? Que se olvide. No le voy a dar bola nunca».
Un tercer comentario, unos días después:
«Al final le dije que sí al tarado. Adivinen por qué».
Había una foto adjuntada al mensaje que mostraba a Roxana desnuda y de rodillas junto a una cama. Tenía algo de semen en la cara, aunque solo se le veía la mitad. La otra mitad de su rostro estaba tapado por una enorme verga bien erecta.
«Y el tipo cumplió —dijo en otro comentario—. Me dejó bañada en leche, como Cleopatra. No se imaginan lo que me dolió tener esa verga enorme metida en la concha. Sentí que me desvirgaron por segunda vez. Valió totalmente la pena».
Una nueva foto mostraba a Roxana desde el otro perfil, también desnuda y de rodillas junto a la cama. La cantidad de semen en su cara era descomunal, la mayor parte le chorreaba de la boca o del mentón, pero hasta tenía semen sobre el puente de la nariz, en la frente e incluso en el pelo. Hasta la alfombra se había llevado su parte.
«Si les parece que eso es mucho semen, sepan que la mayor parte me lo tragué. Creo que nunca había tragado tanta leche en una misma noche. Soy tremenda. Y sí, estaba muy rico»
—Esto se puso más que interesante —aseguró Siara—. Me imagino que después de estas publicaciones no habrá durado mucho como decana del instituto.
—Ahí te equivocás. Siguió en su puesto durante meses. Obvio que había quejas, como siempre; pero…
—Había poderosos que la protegían —concluyó Erika.
—Exactamente.
—Entonces pasaron más cosas como ésta —dijo Oriana.
—Sí, e incluso peores. La temática sexual se volvió la única en el programa. Ya casi no hablaban de otros temas. Y progresivamente se volvían más explícitos. Prepárense para lo que viene, ahora les voy a contar la parte final del descenso a la locura de Roxana Carmín.
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