Intriga Lasciva - El Instituto [49]
Capítulo 49.
El Abismo de la Locura.
—Siara, te voy a dejar usar mi computadora. —Explicó Candy. Todavía se mostraba tranquila, a pesar de que Erika seguía chupándole la concha—. Ahí están todos los archivos que tengo sobre Roxana Carmín. Andá eligiendo los que te resulten más interesantes. Si es necesario ponerles un poco de contexto, lo voy a hacer.
—Muy bien… veo que hay fotos, archivos, videos…
—Sí, es que además del programa, Roxana comenzó a llevar una especie de “blog” en su propia web, donde escribía sobre algunas de sus experiencias. A los seguidores del programa les encantaba esa sección, porque generalmente hablaba de cosas que no salían en pantalla. Además el blog siempre era explícito. Siempre. Creo que se inspiró en mí para hacerlo.
—¿Por qué lo decís? —Preguntó Oriana.
—Porque yo hacía eso mismo en Caleidoscopio. Contaba historias sexualmente explícitas, usando las fotos que podía conseguir. Se ve que leyó mis artículos y pensó “Yo puedo hacer lo mismo”. Y debo reconocer que estratégicamente fue brillante. Le sirvió para ganar muchos seguidores e hizo que la mayoría de las historias que yo escribía sobre ella quedaran obsoletas. Ya no tenía gracia que yo las contara si ella ya las había contado primero. Empezó a costarme encontrar algo sobre lo que hacer un artículo sobre ella. Tuve que limitarme a dar mi opinión sobre las cosas que ocurrían en el programa… y a mí no me gusta opinar. Pero de algo tenía que vivir.
—Entiendo. Bueno, voy a empezar con los archivos —dijo Siara.
—Te recomiendo que empieces con este… es cuando Roxana explica cómo va a ser el programa desde ese momento en adelante. Después seguí con lo que te llame la atención…
—Pero hacelo en orden cronológico —pidió Yelena—, sino nos vamos a marear.
—Muy cierto —dijo Erika—. En especial con la capacidad de atención que tengo yo…
Siara comenzó a reproducir el contenido que encontró en la computadora de Candy. Fue saltando entre las fechas, siempre hacia adelante. Había mucho material y la mayoría le pareció llamativo, por eso apeló un poco a su curiosidad y otro poco al azar.
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—Después de pensarlo mucho —comenzó diciendo Roxana—, decidí hacer un drástico cambio en el programa. No solo en el contenido sino también en la forma en que vamos a presentarlo. Desde ahora en adelante será un programa dedicado específicamente a la Educación Sexual. Muchos de mis espectadores, en especial las mujeres, tienen dudas que quieren aclarar y nadie les habla de eso. Considero que la tendencia de transformar todo lo sexual en un tabú es contraproducente, en especial para las nuevas generaciones. Acá encontrarán un espacio donde se hablará de sexo sin juzgar a nadie, aunque sí daremos nuestras opiniones. Cada quien tiene sus gustos, preferencias y rechazos… y eso está bien. Es lo que nos hace individuos únicos e irrepetibles.
»Y como dije, además del cambio temático, también habrá cambios en el formato. Mucha gente me pidió que transmitiéramos el programa en vivo… y eso es exactamente lo que vamos a hacer. Sin embargo, antes de cada programa en vivo habrá una advertencia sobre contenido explícito. Es muy difícil estar filtrando todo lo que aparece en pantalla en vivo y en directo. Si son susceptibles a este tipo de imágenes, entonces les recomiendo que miren la versión editada. Trataremos de que esa versión sea lo menos explícita posible… aunque desde ya advierto que podría haber algún desliz. A veces pasan.
»En fin, eso era todo lo que quería comunicarles. Espero que disfruten mucho de este nuevo ciclo de Roxana Íntima. Muchas gracias por acompañarme en cada emisión.
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Después de mirar el anuncio, Siara puso en la pantalla del televisor una entrada de la web de Roxana que Candy había guardado.
Era una foto de la propia Roxana con una gran pija venosa apretada entre sus labios. El semen le chorreaba en abundancia por el mentón y caía sobre sus grandes tetas, que estaban totalmente a la vista. Se adjuntaba el mensaje:
«Hoy desayuné banana con leche. Excelente servicio de hotel».
—Epa, ya perdió toda la sutileza —dijo Erika, al ver la foto. Se había sentado otra vez en su silla, porque no quería perderse todo lo que se mostrara en la pantalla.
—Eso fue en respuesta a las críticas negativas —explicó Candy—. Roxana no es de las que se acobardan. Mientras más la criticaban, más desafiante se ponía. Así que de ahora en adelante esperen entradas a su web como esta… o peores.
—Lo que me agrada es que asumió su fetiche por el semen —dijo Oriana.
—Ah sí, hizo muchas referencias a eso. Roxana decía que toda mujer tiene derecho a tener algún fetiche sexual, que no hay nada de malo en ello. Su fetiche era el semen. Aseguraba que le encantaba tragarlo y quedar cubierta por ese “manjar blanco”.
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—Roxana inauguró una sección donde para que sus espectadores pudieran mandarle mensajes de audio o de texto —Explicó Candy—. La condición era que envíen alguna foto, sino el mensaje no salía en el programa. Mucha gente participó en esto. La mayoría eran alumnas del instituto.
«Hola Roxi, me llamo Cristina. Con mi hija siempre miramos el programa juntas… ¡nos encanta! Hace poco ella me confesó que es lesbiana… o al menos cree serlo, porque nunca tuvo una experiencia con una mujer. Entonces le dije que, si quería, podía probar conmigo. Así aprovechaba todos los consejos de sexo oral que dieron en el programa. ¿Y saben qué? ¡Fue maravilloso! Ella lo hizo todo muy bien, a la perfección. Además asegura que le gustó mucho la experiencia de probar una concha… y que definitivamente quiere probar más».
«Cristina, no te conozco pero ya me caés muy bien. Me encanta que las madres de mente abierta miren Roxana Íntima junto a sus hijas. En especial si van a charlar y a debatir sobre las clases de Educación Sexual. Y bueno, si quieren ir practicando un poquito, se puede hacer… siempre que haya la confianza suficiente. Se te ve muy feliz brindándole a tu hija su primera experiencia de sexo lésbico… pero me imagino que fue solo un ensayo, ¿cierto? Al menos eso parece, ya que tu hija está lamiendo tu pubis, y no más abajo. De lo contrario… si hubiera sido un poquito raro ¿no te parece? Solo es mi opinión. Lo digo sin juzgarte. Gracias por compartir tu experiencia con este programa. Te mando un beso grande».
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—Una de nuestras oyentes nos mandó un mensaje. A ver, escuchemos qué tiene para decir…
—Hola Profe —dijo una voz femenina aflautada—. Probé por el culo y me gustó. ¿Está mal? Mando foto.
Los espectadores pudieron deleitarse (u horrorizarse) al ver una hermosa rubia desnuda, mirando a la cámara con sus sensuales ojos azules y la boca abierta en un claro gesto de placer. Tenía las piernas abiertas, su concha rosada ocupaba el centro de la imagen y se podía ver claramente cómo le estaban metiendo una buena verga por el culo.
—Ya saben lo que opino del sexo anal. Pero bueno, me alegra que lo hayas disfrutado. Aunque… ¿no te parece un poquito grande esa verga como para probar el sexo anal? Quizás deberías haber empezado con algo más chico.
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—Vamos a escuchar otro mensaje de audio de una de nuestras espectadoras. Adelante…
—¡Hola Roxi! Me llamo Regina. Antes que nada dejame decirte que amo tu programa. Con mi hija lo miramos siempre juntas. Y sobre ella quería hablarte. Se llama Carolina y busca novio. ¿Algún chico bien dotado que ande soltero? Por cierto, Roxana, a Carolina le encanta hacerse la paja. Se pajea cinco o seis veces al día… ¡no para de tocarse! ¿Te parece que es mucho? Pensé que si tuviera un novio ya no estaría tocándose tanto. Me costó mucho, pero al fin convencí a mi hija de que me deje sacarle esta foto para mandarla al programa. Ella es muy tímida, por favor no se burlen. Eso le haría mucho daño.
—Ay, Carolina… tu mami sí que se preocupa por vos. Y no te preocupes, nadie se va a burlar. Con lo linda que sos, seguramente vas a encontrar novio muy rápido. Nada más miren qué pedazo de tetas tiene. ¡Y esa concha! Es preciosa. Hasta yo tengo ganas de chuparla, y eso que no soy lesbiana.
»Y en cuanto a la masturbación… mmm, depende el contexto. Si está soltera, no me parece mucho. Yo también pasé por esa etapa de estar pajeándome todo el día… y se me pasa cuando encuentro un hombre con quien acostarme. Ya vas a ver, cuando Carolina pruebe una buena pija ya no se va a hacer tanto la paja.
»En fin, espero que sigan disfrutando del programa.
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«Ayer tuve una sesión de masajes… y miren cómo terminé. Atragantada en semen. Así deberían terminar todas las sesiones de masajes. Excelente el servicio del brasileño que me atendió. Les dejo su número de teléfono, por si quieren contratar sus servicios. ¡Recomendadísimo!»
Junto al mensaje se podía ver una foto de Roxana acostada boca arriba en la cama. Sus tetas brillaban por el aceite usado para el masaje. Ella tenía los ojos cerrados y la boca abierta. Se podía ver abundante semen saliendo de ella y chorreando hasta su cuello.
«Dicen que subo muchas fotos chupando vergas o con semen en la cara, pero casi nunca subo alguna cogiendo. “Es como si no cogieras y solo te dedicaras a tragar semen”, me dicen…»
«Bueno, acá tienen una foto donde me pegaron una buena cogida».
La imagen mostraba a Roxana completamente desnuda, montada sobre una verga. Se notaba que estaba gozando mucho porque tenía los ojos cerrados y la boca abierta. Sus piernas separadas permitían ver claramente su concha, la cual estaba siendo penetrada por una verga. Otro punto muy llamativo era la cantidad de semen que había en la cara interna de sus piernas y en su propia concha.
«¿Y cómo se dio esto? Se preguntarán. Fue haciendo un casting para sumar un nuevo colaborador al programa. Ya saben, a veces necesitamos a un hombre para que nos ayude con las explicaciones. Me pareció un muchacho apuesto, interesante… pero no sabía si tenía experiencia en el sexo. Pensé que era demasiado joven para este trabajo. Se llama Alexis y tiene apenas veinte años. Así que se me ocurrió tomarle un pequeño examen. Y uf… debo decirle que aprobó con honores. Sí que sabe usar la verga. Me dejó la concha chorreando leche».
—¡Hey, esperen! —Exclamó Xamira—. ¿Ese es el Alexis en el que estoy pensando?
—No lo sé —dijo Candy—. Entrevisté varias veces a ese Alexis, pero no sabría decir si es el mismo que conocieron ustedes.
—Debe ser el mismo —aseguró Siara—. Este Alexis es fotógrafo de Uvisex. No creo que sea una mera coincidencia. Hizo algunas sesiones con Xamira… y también con Dalma Leone y su madre. Si Roxana Carmín está vinculada con Uvisex, este pudo ser el momento en que Alexis se sumó al proyecto.
—Yo me encargo de averiguarlo —dijo Xamira—. A ese déjenmelo a mí, que ya lo conozco bien. Sé muy bien cómo sacarle información.
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«Me dijeron que con dos vergas es mejor… y tenía que probarlo. Después les cuento cómo me fue. Y no… no hubo sexo anal. Dejen de insistir con eso».
La imagen mostraba a Roxana en cuatro en la cama, la foto había sido tomada desde arriba, apuntando hacia su cara. Tenía una verga metida en la boca y detrás de ella había otro hombre, penetrándola. Aunque no se podía ver por qué agujero estaba entrando.
—Tiempo después —dijo Candy—, nos enteramos de que ese no fue el primer trío de Roxana.
—¿O sea que mintió al respecto? —Preguntó Xamira.
—Roxana dijo que solamente omitió información, que esa foto sí fue de su primer trío, pero que transcurrió años atrás y no en el momento en el que subió la foto.
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—Tenemos otro mensaje de una de nuestras espectadoras. Escuchemos lo que tiene para decir…
—Salí anoche con unos amigos —comenzó diciendo una voz femenina con cierto aire sensual—. Tomé demasiado… no me acuerdo de nada. Hoy me desperté con esta foto en el celular. Dios… no sé cuántos me cogieron. Solo sé que me duele todo… en especial el culo. ¡Se ve que se ensañaron con mi culo!
»Carajo… tengo que tomar menos. Mi mamá me va a matar cuando se entere… y sé que se va a enterar, porque el hijo de puta que me sacó la foto también se la mandó a mi vieja.
»¡Perdón mami! No soy tan puta… estaba borracha. Te juro que no me acuerdo de nada.
La imagen mostraba a una joven acostada en una cama, daba la impresión de estar durmiendo. Sobre las sábanas había varias botellas de vino y algunos preservativos usados. La chica tenía puesta una blusa y unas medias de nylon agujereadas. Nada más. En su culo se veía una joya azul, que era la base de un plug anal. De la vagina apretada entre sus piernas chorreaba semen.
—¡Esperen! —Exclamó Erika—. ¿Dio clases de educación sexual explícitas dentro del instituto?
—Sí, e incluso tenía permiso para hacerlo —respondió Candy—. Lo consiguió gracias a su poder de convicción… y a sus conexiones. Aunque estoy segura de que nunca aclaró que las clases serían tan explícitas.
—Me imagino que igual se armó quilombo por esto —dijo Xamira.
—Sí, fue un quilombo bien grande. Muchos padres protestaron, hubo algunos que incluso sacaron a sus hijos del instituto. Pero como siempre, Roxana se las ingeniaba para caer bien parada. Esta solo fue una de muchas clases de Educación Sexual.
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Hoy fue la profe Andrea la que se encargó de la clase de Educación Sexual. Un alumno le aseguró que se la podía meter por el culo sin que le doliera. Andrea le dijo: “Me gustaría ver eso”.
Terminó con el culo bien abierto y lleno de leche; pero dice que no le dolió. ¿Será cierto?
Por cierto, Andrea… ¿Qué pensará tu marido cuando sepa que ya te rompieron el culo? Y tanto que él te lo pidió y nunca se lo entregaste. Risita Maquiavélica
Como el chico ganó la apuesta, yo tuve que lamer el semen del culo de Andrea. No me quejo che, lo hubiera hecho por puro gusto. Andy tiene lindo culo y ya saben lo mucho que me gusta el semen.
El pibe se zarpó cuando me metió la verga en la boca y me hizo tragar una segunda descarga de leche. ¿De dónde sacan tanta? Esto no era parte del acuerdo.
Aproveché que ya tenía la concha de Andrea en la cara para dar una buena clase de sexo lésbico. Le di una buena chupada. Para ser heterosexual debo decir que cada día lo hago mejor. Las chicas me lo agradecieron. Hubo dos alumnas que incluso se animaron a practicar con la concha de la profe Andrea, que ella con mucho gusto les entregó. Algo me dicen que estas dos chicas terminaron la noche juntas.
—¡Ay querida! —Exclamó Roxana—. Menuda borrachera. Definitivamente tenés que tomar menos. Es muy triste haber cogido tanto (y con tantos) y no acordarse de nada. Aunque… dicen que la amnesia de la borrachera solo dura unos días. Quizás pronto te acuerdes de lo que pasó y cuántos fueron los que te cogieron. Si llegás a recordar algo, por favor volvé a comunicarte con la producción de este programa.
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Hoy tuvimos una bonita clase de educación sexual. Gracias al profe por permitirnos usar su espacio. Se aprendió mucho y se disfrutó más.
—Profe, me garcharon entre tres. —Dijo una de las espectadoras—. Yo también terminé bañada en leche, como Cleopatra.
—Ay, qué envidia. ¡Eso es mucha leche! Me imagino que la habrás pasado de maravilla. Gracias por compartir. Y si alguna chica se quiere sacar fotos bañada en leche, sepan que pueden compartirlas en este programa. Me encantaría verlas.
—Esto le trajo problemas —comentó Candy—. Muchos interpretaron que estaba incitando a sus espectadoras a sacarse fotos con semen en la cara y difundirlas. Ella aseguró que no obligaba a nadie a hacerlo… en fin, no sería ni la primera ni la última controversia causada por Roxana.
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Hoy sorprendí a una alumna en el vestuario del instituto. Se estaba “divirtiendo” con dos de sus compañeros. Esto va contra las reglas; pero no quise interrumpirla. Llegué justo cuando le estaban llenando la concha de leche. Me dio mucha pena tener que castigarla. La suspendí durante una semana. Lo siento mucho, nena… pero coger en el vestuario va contra las reglas. Solo yo puedo hacer eso (chiste… ¿o no? Risita Maquiavélica).
—No sé si voy a ganar las olimpíadas de matemática; pero me la estoy pasando genial con el profe.
»Mi mamá se va a poner contenta al ver que estoy usando el conjunto que me compró. Yo al principio no quería, lo sentí demasiado provocativo… yo no soy una chica provocativa ¡para nada! De hecho, soy bastante tímida. Pero mi mamá me dijo: “Vas a viajar con un hombre muy apuesto durante varios días. Tenés que ir preparada, por las duda” Y yo le dije: “Ay, mamá… ¡es mi profesor! ¿Qué pensás que puede pasar?” Y ella insistió: “Andá bien preparada, hija… confiá en mí”.
»¡Y tenía razón!
»Un día se me ocurrió usar ese conjunto, estaba tranquila en mi cuarto haciéndome unas fotos… cuando él entró. Sí, estuvo mal que entrara sin avisar… pero ya lo había hecho antes y yo siempre estaba estudiando. No tenía forma de saber que yo estaba usando este conjunto tan… revelador.
»Me avergoncé muchísimo al verlo… bah, lo que me avergonzó fue que él me viera a mí ¡con la concha al aire! ¡Qué vergüenza! Pero me aseguró que mi concha era muy hermosa y… bueno, ya ven lo que pasó. El profe me coge todas las mañanas. A la tarde intentamos estudiar un poco, pero… uf… a mí me entran unas ganas de coger bárbaras. Sé que me va a ir mal en las olimpíadas de matemática, pero… ¡qué bien que la estoy pasando!
»PD: Me encanta la pija del profe.
—Hoy vinieron del ministerio de educación a quejarse por el contenido “tan explícito” del programa. Andrea los atendió muy bien… les dejó bien claro por qué es tan buena sexóloga. Les dijo: “¿Alguna vez una sexóloga les chupó la pija? No se imaginan lo buenas que somos haciéndolo”. Y sí que es buena petera. Tan buena que los del ministerio ya no se quejaron más, se dedicaron a darle de tomar mucha lechita a esa rubia tan hermosa.
»¿Y el marido de Andrea? Bueno, ahí andará… lustrándose los cuernos. Risita Maquiavélica.
—Esto explica por qué desde el Ministerio de Educación la dejaban en paz —dijo Erika.
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Amiga, yo te avisé que si ibas a la fiesta del instituto con ese trajecito erótico de “Alicia en el país de las Maravillas” ibas a terminar toda cogida. Así terminó, con la concha llena de leche… ¡y en mi escritorio! ¿Quién le llenó la concha de leche a Andrea? Ah, no sé… se dice el pecado, pero no el pecador (guiño).
Lo bueno es que yo pude tomar un montón de lechita bien caliente, salida directamente de la concha de mi amiga. Sí, lo sé… para ser hétero últimamente estoy comiendo mucha concha. Puedo dejarlo, ¡lo juro! Pero… ¿cómo iba a desperdiciar semejante oportunidad? Con lo linda que estaba Andrea, con el culito bien parado y la concha chorreando semen. No pude resistirme. No paré de chuparla hasta que salió la última gota.
¡Y la muy puta me acabó en la cara! Terminé toda enchastrada yo también. Está bien, amiga… no pasa nada. Te perdono, solo porque los juguitos de tu concha están muy ricos. Pero… ¡podrías haber avisado! Casi me ahogo. Dios… cómo acaba esta rubia. Es una canilla rota.
«Algunos alumnos están dispuestos a todo con tal de aprobar… incluso llenarle la concha de leche a la decana».
Así aprobé una de las materias más difíciles del instituto. ¡Gracias por la idea, Roxana!
—Hey, lo de aprobar alumnos a cambio de sexo está prohibido. —Respondió Roxana en su programa—. Lo que dije fue solamente un chiste. No se tienen que tomar todo tan en serio. No hice que aprobaran a ese alumno a cambio de sexo. Eso sí, a la clase de Educación Sexual la aprobó con un diez.
»Por cierto… voy a tener que hablar seriamente con el profesor que te cogió en el baño. Me veré en la obligación de sancionarlo. No me molesta que un profesor se quiera acostar con una alumna… pero que mantengan un poquito de ética. No pueden aprobarles las materias a cambio de sexo.
—Está completamente loca —dijo Erika—. ¡Me encanta!
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—Quiero felicitar a Silvina por haber ganado el concurso de talento musical. Tenés una voz preciosa, Silvina.
Junto a Roxana estaba sentada una bonita joven de dieciocho años, de cabello castaño corto y rostro angelical.
—Muchas gracias, Roxana —su radiante sonrisa logró conmover a la mayor parte de la audiencia.
—Contame, ¿cómo te sentiste durante la presentación?
—Estaba muy nerviosa, no sabía si a la gente le iba a gustar la canción que elegí…
—Esperá un momento, tenemos una llamada entrante. Hola ¿quién habla?
—No importa quién habla —dijo una voz femenina, claramente irritada—. Lo importante es que Silvina es una mentirosa y una puta —la aludida se quedó boquiabierta.
—A ver, a ver… vamos a calmarnos —dijo Roxana—. ¿Por qué le decís una cosa así a Silvina? ¿Qué te hizo?
—Esa puta nunca mereció ganar el concurso de canto. Muestren la foto que le pasé a producción y se van a dar cuenta ustedes.
—A ver ¿qué nos mandó nuestra espectadora misteriosa?
En pantalla apareció una dulce jovencita de cabello castaño corto. Era Silvina, completamente desnuda. La foto había sido tomada de lado. Todo su cuerpo se podía ver acostado, panza abajo, en una cama. Delante tenía un tipo metiéndole una gruesa verga por la boca, detrás de ella había otro, penetrándola.
—Ay, no, no… ¡saquen eso! —Chilló Silvina—. Saquen eso, por favor…
—Dejen la foto —intervino la espectadora anónima—. Así todos ven cómo esta puta convenció a los jueces del concurso.
—¿Es eso cierto Silvina? —Preguntó Roxana— ¿Esos hombres son los jueces del concurso?
—Em… sí, pero… —contestó con claro nerviosismo.
—Ya escucharon. Ella misma lo confesó. Se hizo coger por los jueces para poder ganar. Ese concurso fue una farsa.
—No, no… esto pasó después del concurso. Gané de forma honesta. Lo juro.
—Eso no cambia mucho las cosas, Silvina —dijo Roxana—. Podrías haberles prometido sexo si te dejaban ganar.
—Además te vieron saliendo del camerín de los jueces… antes del concurso. Las cámaras del instituto seguramente lo grabaron.
—Va a ser mejor que digas la verdad, Silvina. ¿Te acostaste con los jueces para poder ganar?
—Yo… yo… em…
—No tiene sentido mentir —le recordó Roxana—. Basta con que revisemos las cámaras de vigilancia…
—¡Está bien! ¡Lo admito! Lo hice… dejé que me cogieran para poder ganar. Y también me cogieron después del concurso. De ahí salió esa foto. La sacó una de mis amigas, a modo de broma. No sabía que me iba a traicionar de esta manera.
—Ay, Silvina… es una pena pero habrá que descalifarte del concurso. Es una lástima, con lo lindo que cantás creo que hubieras podido ganar de todas formas.
—Eso me dijo mi amiga, pero… entré en pánico…
—Y además lo hiciste por puta —insistió la chica anónima—. Eso mismo le dijiste a tu amiga: que te gustó sentirte puta por un rato. Que te gustó que te metieran esas dos pijas enormes. Que nunca imaginaste que la verga te fuera a gustar tanto… y mucho más.
—Se ve que estás muy bien informada —dijo Roxana, mientras Silvina se cubría la cara con ambas manos y se deshacía en llanto.
—Su amiga me contó todo, hasta el último detalle. Es tan puta como vos, Roxana. No me extraña que la hayas invitado a tu programa. ¡Puta de mierda!
—Hey, pará… si llamaste para insultar.
—Yo confié en vos, yegua malparida. Era tu fan Número Uno… y ahora no soporto tu puto programa… porque te volviste una puta arrastrada que coge con cualquiera. ¿Educación Sexual? ¡Sí, claro! Y yo soy Cleopatra. No, Roxana… vos simplemente hacés porno…
—Esta chica está muy alterada. Mejor cortamos la llamada y dejamos que se calme.
—¡Puta de mierd…!
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—Vamos a atender la llamada de una de nuestras espectadoras.
—Hola, me llamo Lorena.
—¿Qué tal, Lorena? ¿Qué querés compartir con nosotros?
—Tengo un problema. A mi hijo se le ocurrió poner en práctica conmigo lo aprendido en el programa. ¡Sí, con su propia madre! Siempre miramos juntos tu programa, Roxi, nos encanta…
—Uy, Lorena… lo siento mucho. Espero que tu hijo aprenda que no debería practicar esas cosas con su mamá. Pero qué bueno tener una madre de mente abierta con la que poder mirar este programa.
—Eso me pareció una buena idea al principio; pero ya no creo que haya sido tan buena. Porque mientras miramos el programa a mi hijo se le da por tocarme.
—Uy… ¿y dónde te toca?
—Principalmente las tetas. Es que las tengo grandes… y le resultan muy llamativas.
—Entiendo. Debés tener tetas muy lindas. ¿Toca algo más?
—Sí, a veces incluso llega a tocarme la concha y me dice cosas como “Estás mojada, mamá”. Y claro, le digo yo, me mojo por las cosas que muestran en el programa.
—Claro, es lógico.
—Pero mi hijo cree que me mojo por él.
—¿Y hace algo más?
—A veces se le da por hacerse la paja… frente a mí.
—¿Y eso a vos te molesta?
—Em… no mucho. Lo único que me jode es que haga un enchastre con el semen.
—¿Lo tira sobre las sábanas?
—Ojalá fueran solo las sábanas. A veces me lo tira en la cara… sin previo aviso.
—Uy, eso no está bien. Un chico no debería hacerle eso a su madre. ¿Y es mucho el semen que te tira en la cara? ¿O son solo algunas gotas?
—Mirenlo ustedes mismos. Le pasé una foto a la producción, pueden mostrarla.
—A ver… Uy, carajo… ¡cuánta leche! Es un montón.
—Pero… perdoname que te lo diga, Lorena… no parece que eso haya ocurrido sin tu consentimiento. Es decir, vos tenés la boca abierta, como si estuvieras recibiendo la descarga de semen… y la mayor parte de la leche está en tu boca.
—Lo que pasa es que eso fue parte de un acuerdo. Le dije a mi hijo que le permitía acabarme en la boca una vez, y que me saque una foto… así ya no lo hacía nunca más.
—Ah, esa fue una muy buena idea. Te felicito. Si él tiene la fantasía de ver a su madre con semen en la cara, ya tiene la foto. Puede mirarla cuando quiera.
—Sí, el problema es que él no cumplió con su parte del trato… y siguió acabándome en la cara.
—Ah, no… muy mal de su parte. ¿Y qué opinás vos del semen?
—No me gusta.
—Uy, eso lo hace aún peor. ¿Y tu hijo lo sabe?
—Sí, le expliqué varias veces que yo no tengo el mismo fetiche que vos, Roxana. Está buenísimo que a vos te encante el semen, pero no a todas las mujeres le gusta.
—Eso es muy cierto, y debe respetarse. Y después de las eyaculaciones de tu hijo… ¿te sigue molestando?
—Em… bueno, a decir verdad… debo admitir que me acostumbré. Ya no me molesta que me acaben en la cara. Lo que me jode es que lo haga mi propio hijo.
—Claro, entiendo. Pero mirá el lado positivo, Lorena. Al menos tu hijo logró que ya no te molesten las eyaculaciones faciales.
—Eso sí es cierto… tampoco me molesta el sabor del semen al tragarlo.
—¿También tragaste?
—Es medio difícil no hacerlo si él no saca la verga de mi boca.
—¡Epa! ¿También te mete la verga en la boca?
—A veces… pero solo cuando está por eyacular… y lo hace sin previo aviso.
—Claro, para no darte tiempo. Debe gustarle que te tragues su leche.
—Sí, definitivamente le gusta eso. Más de una vez me dijo: “Me encanta verte tomando lechita”.
—Eso es complicado, Lorena; pero yo estoy acá para ayudarte. Voy a intentar aconsejarte lo mejor posible, por favor no dejes de comunicarte con la producción de mi programa cada vez que tengas algo para contar.
—Muchas gracias, Roxana. Si llega a haber novedades, las voy a compartir con vos. Te lo prometo.
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«En el programa de hoy, Andrea nos dio una clase de educación sexual con vergas XXXL. ¡Miren lo que son esas pijas, por dios! Pobrecita, terminó con la concha detonada. Me atrevo a decir que nunca le pegaron una cogida como esta… ¿pero quién sabe? Andrea lleva muchos años siendo sexóloga… y practicando con sus amigas (y algún amante ocasional a espaldas de su marido) Risita Maquiavélica».
«Uf, si hasta yo tuve ganas de probar una de esas vergas enormes. Pero me contuve… ¿ven? Sé controlarme. No soy tan puta como piensan algunos».
«Hoy vino Graciela al instituto, ella es madre de una alumna. Nos increpó en uno de los salones de clase y se quejó de que a su hija se la habían cogido entre dos alumnos. Estaba muy indignada, porque la chica dijo que sacó la idea de mi programa.
Para colmo a la chica le hicieron doble penetración. Sí, también le dieron por el culo (miren la foto)».
La bella jovencita de la foto le sonreía a la cámara mientras dos hombres la penetraban, uno por cada agujero.
«Eso seguramente no lo sacó de mi programa. Ya saben lo que opino del sexo anal. Pero a la pendejita le dieron sin piedad por los dos agujeros… y ella asegura que le encantó».
«Cuestión que a Graciela no le hizo mucha gracia que a su hija le rompieran el orto entre dos. Tuve que usar todas mis habilidades para la diplomacia (que por suerte son muchas) y logré que se calmara. Le dije que la intención del programa es responder a las dudas que haya sobre la Educación Sexual. Si su hija malinterpretó las enseñanzas, no es mi culpa».
«Por suerte mis alumnos me respaldaron y aseguraron que yo nunca recomendé el sexo anal. Aunque sí tuve sexo con dos hombres a la vez».
«Varios alumnos y alumnas le contaron a Graciela lo importante que es el programa para ellos y lo mucho que aprenden al verlo».
«La charla empezó a ponerse picante, y muy explícita; pero sirvió para que Graciela entendiera. Se disculpó conmigo y con los alumnos. Dijo que quería hacer algo para “pagarnos” por el mal momento y por las falsas acusaciones. Y a mí se me ocurrió una gran idea: “Graciela, ¿por qué no me ayudás a dar una clase de educación sexual? Sí, Graciela… acá mismo. Una clase presencial. ¿Qué te parece?”. A Graciela no le convencía mucho la idea, pero aceptó».
«Dijo que le daba vergüenza, porque ella es algo gordita, no tiene un cuerpo como el mío. En cambio los alumnos le aseguraron que a muchos de ellos les encantaría coger con una mujer como ella. Eso la hizo poner bien. Cuando se desnudó nos mostró sus enormes tetas. Yo se las chupé en frente de la clase. Luego se desnudó por completo y empecé chupándole la concha. Graciela me preguntó para qué hacía esto, le dije que solo estaba intentando lubricarla. Que la lubricación es muy importante en el sexo. Además les aseguro que la concha peluda de Graciela está muy rica».
«Después uno de los alumnos se ofreció como voluntario. Hizo que Graciela se quedara con las manos en el escritorio del profesor, y ahí nomás la penetró. A Graciela le dolió, aseguró que llevaba tiempo sin tener relaciones sexuales. Le expliqué al alumno que debe ser más paciente… y tener mejor lubricación. Por eso le chupé la verga un buen rato, hasta que le quedó bien mojada. “Ahora sí se la podés meter”, le dije».
«Graciela gimió cuando la verga entró y dijo que ahora se sentía mucho mejor. Sí, mucho mejor. Le fui dando instrucciones al pibe de cómo coger con Graciela, siguió al pie de la letra la mayor parte; pero es un chico joven y muy impulsivo. No dudó en meterle pijazos bien fuertes, haciendo sufrir un poco a la pobre Graciela. Sin embargo, ella aseguró que estaba bien… “Me gusta que me den duro”».
«¡Para qué dijo esto! Gran error. El pibe empezó a darle con todo, haciéndola sufrir (y gozar) aún más».
«Encima el atrevido le dijo: “Ahora te voy a romper el orto, como se lo rompieron a tu hija”. Yo le dije que no, que ni hablar… pero Graciela insistió. “Quiero saber por qué a mi hija le gustó tanto. Quiero probar”. “Muy bien”, le dije… entonces me arrodillé detrás de ella y le chupé el culo, para dejárselo bien lubricado. También volví a chuparle la verga al pibe, para que no se le bajara».
«Cuando el culo de Graciela estuvo bien preparado, el pibe le metió la verga. Tuvo que intentarlo varias veces. Con Graciela fuimos dándole instrucciones de cuándo empujar y cuándo retroceder».
«La verga entró completa y el pibe empezó a darle cada vez más rápido. Al parecer a Graciela le gustó mucho, porque empezó a pedir más y más…»
«Y sí, a Graciela le rompieron el culo (igual que a su hija) y le gustó (igual que a su hija)… pero no pueden echarme la culpa a mí. Ellas solitas pidieron pija por el orto».
«Acá les dejo la foto que le saqué a Graciela, gozando del sexo anal».
«Al otro día Graciela me mandó una foto desnuda y me dijo que estaba dispuesta a aparecer en el programa, si es que le dábamos la oportunidad. ¡Por supuesto, Graciela! Sos más que bienvenida. Además… ¿creés que me perdería la oportunidad de probar esa rica concha otra vez? Pensá que este comentario viene de una chica hétero, eso hace que valga más. Y gracias por la fotito. Le dediqué una buena paja».
«¡Por fin Andrea se animó a darnos una clase de sexo anal! Sí, amiga… sé que no te gusta; pero el público lo pedía. Además, sos sexóloga. Si le vas a decir a las chicas “Por el culo no”, al menos deberías decirlo con criterio. En eso tienen toda la razón».
«Y debo felicitarte. ¡Fue una clase espectacular! ¡Mamita… cómo le bombearon leche a ese culo! Yo estaba ahí, muy tranquila chupándole la concha (para que ella disfrutara más) cuando vi que todo se empezó a llenar de semen».
—Me calienta mucho Andrea —confesó Oriana.
—Te calienta porque lo hace cornudo al marido —dijo Xamira—, y vos te morís de ganas de hacer cornudo a tu novio.
—Hey, nada que ver! Yo amo a Fernando.
—¿A sí? ¿Y cuándo fue la última vez que lo viste? ¿Estuviste cogiendo con alguien durante ese tiempo?
—Bueno, bueno… es que estuvimos muy ocupadas. Y lo que hago con vos no cuenta como infidelidad.
—Para mí sí —dijo Xami—. Y eso lo hace más excitante. Me encanta que hagas cornudo a tu novio conmigo.
Oriana se puso roja.
—Andrea me calienta porque es muy linda, nada más. Y creo que todas podemos estar de acuerdo en eso. —Todas las demás asintieron con la cabeza, excepto Candy—. ¿Y a vos, Candela? ¿No te calienta Andrea?
—Quizás no le calientan las mujeres —dijo Erika.
—No es por eso —aseguró Candy—. Es que soy un poquito especial con el sexo. Por lo general me calientan más las experiencias de los demás que las propias… y la historia de Andrea es muy interesante, pero… hay otras que me interesaron más.
—¿Como cuáles? —Quiso saber Oriana.
—Como la de Inés Estrada, por ejemplo. Era una de las mayores detractoras de Roxana... cuando comenzó a aparecer en algunos programas, yo no lo podía creer. Además la convencieron de hacer cosas que creí que eran imposibles para una chica como Inés.
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«Me dio muchísimo gusto que Inés Estrada se haya animado a participar en mi programa. Pensé que nunca lo haría, porque más de una vez dijo que no le gusta nada. De hecho, aseguró que lo detesta. Ella es una de las mayores detractoras que tengo en el instituto. Para quienes no la conocen, les cuento que Inés es una alumna ejemplar. Nunca falta, tiene las mejores calificaciones, es muy responsable y súper educada con todo el mundo… en especial con los profesores».
Costó mucho… muchísimo. Los que estuvieron mirando los últimos programas lo saben muy bien. Pero al final logramos convencer a Inés de que pruebe el sexo anal. Ella aseguraba de que era una práctica aberrante, ya saben… se considera “asexual por elección”. No quiere saber nada con el sexo, y mucho menos con el anal. Pero ¿cómo podía decir que el sexo anal no se disfruta si nunca lo probó? Y bueno… ahora sí que lo probó.
Lamentablemente mucha gente dijo que todo el show fue una farsa y que en realidad a Inés nunca la penetraron por el culo. Y claro, es que en la versión editada quitamos las partes más explícitas, ya saben cómo funciona esto. Pero sí que ocurrió. Se la metieron bien metida por el culo. Les voy a dejar una foto, para que vean que fue real:
La imagen mostraba a una chica seria de largo cabello negro y anteojos. Tenía un top que se abría en la zona de sus tetas, éstas se podían ver claramente. Estaba acostada de lado y su concha se veía a la perfección; pero lo más llamativo era esa gran verga entrando en su culo.
«Lo siento mucho Inés, sé que te vas a enojar conmigo. Acá se te ve todo… ¡Con lo que costó convencerte de mostrar las tetas! Pero no podía permitir que acusen a mi programa de ser una farsa. La gente tenía que saber que esto ocurrió de verdad».
«Al menos ya nadie te va a poder decir “No hables del sexo anal si no lo probaste”. Ahora sabés lo que se siente tener una pija en el culo».
«El veredicto final de Inés fue que no le gustó la experiencia, que ahora está más convencida que nunca de que el sexo anal no está bueno. ¿Ustedes qué piensan? ¿Inés cambiará de opinión? Ya lo veremos… quizás en nuestro próximo programa, donde la tendremos de invitada una vez más».
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—Hola, Roxi… Lorena, otra vez. Sí, ya sé… debo parecer una pesada; pero… otra vez tuve inconvenientes con mi hijo. Seguí al pie de la letra todas las indicaciones que me diste hasta ahora. Algunas funcionaron muy bien, debo reconocerlo; sin embargo, las soluciones siempre fueron temporales. La situación se está poniendo cada vez peor. Mirá lo que pasó ahora… le mandé una foto a la producción.
—Yo no quería llegar tan lejos. Por eso van a ver que en la foto tengo las manos atadas… y estoy muy enojada. Así es… a mi hijo se le ocurrió atarme las manos para poder poner en práctica lo aprendido. Al principio solo me tocó las tetas… eso se lo permití algunas veces mientras mirábamos el programa, quería que aprendiera a no apretarlas tan fuerte. Incluso dejé que me las chupara un par de veces. Pero en esta ocasión fue más lejos. ¿Saben qué clase quiso poner a prueba? ¡La de sexo anal!
—Ay, por dios Lorena. Lo lamento mucho, en serio. ¿Qué fue lo que pasó después?
—¿Después? Y… me metió la verga en el culo, eso fue lo que pasó después.
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—Me llamo Ernestina —comenzaba diciendo el audio de una espectadora—. Yo también soy directora en un instituto como el tuyo. Estoy harta de que te critiquen por el maravilloso programa que hacés. Todo es porque hay gente a la que le molesta que una mujer pueda expresar su sexualidad libremente. Por eso te mando una foto que me saqué en mi oficina, para solidarizarme con tu causa. Mucha fuerza, Roxana. Por cierto: Yo también creía que el sexo anal estaba mál, y ya ves… desde que probé por el culo, ¡me encanta!
La foto mostraba a una rubia voluptuosa vistiendo un traje gris de oficina. Estaba inclinada sobre el escritorio, una de sus grandes tetas estaba fuera del traje. Tenía la pollera levantada y se podía ver cómo un tipo la penetraba por el culo. Ella abría la boca en clara señal de goce.
—Por cierto —dijo Candy—. A Ernestina la echaron inmediatamente. También escribí una nota sobre ese caso. Como se imaginarán, ella no contaba con los poderosos contactos que protegían a Roxana.
—Uy, pobrecita —dijo Erika—. Me da pena. Ella lo hizo con buena intención… y terminó pagando los platos rotos.
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«Hay clases de Educación Sexual que salen mal. ¿No es cierto, Andy?»
«Se suponía que debía enseñarle a los chicos a ponerse el preservativo. Nada más. Algo muy sencillo. Al principio estuvo todo bien. Ella tomó un par de voluntarios y les chupó la pija. “Al preservativo solo hay que colocarlo cuando la tienen bien dura, sino se sale”, les explicó. A pesar de que a veces los pibes le metían la verga hasta el fondo de la garganta, ella siguió peteando como una campeona. Por algo es sexologa ¿no?»
«Cuando la tuvieron bien dura los dos, les puso el preservativo y les mostró cómo quitar la burbuja de aire, presionando la punta. ¡Ese es un detalle importantísimo, que nunca se les olvide!»
«El problema es que después todos los alumnos de la clase quisieron probar el preservativo… y a Andrea no le quedó más remedio que empezar a chupar pijas a dos manos. Por suerte yo estaba ahí y la ayudé con eso. Juntas enderezamos pijas a base de chupones. Yo también usé mis tetas… sé que son muy efectivas a la hora de parar vergas. También dejé que me tocaran un poco la concha, por eso no tengo ropa interior (como verán en la foto). Solo esas medias de nylon, que me las rompieron todas con tantos toqueteos. Estos pendejos no tienen paciencia».
Roxana subió una foto donde se podía ver la cara de Andrea López Neri con una verga en la boca. El culo de la rubia también resultaba pomposo y llamativo, con esas medias de nylon negro. Detrás de Andrea estaban las tetas de Roxana, no se podía ver su cara, pero se notaba que era ella quien estiraba la mano para sacar la foto. Además Roxana tenía las medias de nylon rotas, en especial en la zona de su vagina, que se podía ver claramente.
«¡Quiero ser sexóloga, como mi mamá!»
Decía el mensaje de una espectadora. Mandó una foto para que todos pudieran ver por qué lo decía. Una rubiecita hermosa apareció en pantalla. Estaba acostada en la cama, mirando hacia la cámara con una gran sonrisa. Estaba toda cubierta de semen. Desde la cara, entre las tetas, en el vientre y por supuesto… en su depilada concha. Era como si hubiera explotado frente a ella un globo bien cargado de leche. Su vagina estaba siendo penetrada por una gruesa y venosa verga.
—Uy, Andrea… ¿esa es tu hija?
—Sí, es mi hija Celeste. Y me emociona mucho oír eso —dijo Andrea entre lágrimas.
—¿A qué viene todo esto? —Preguntó Roxana.
—Lo que pasa es que Celeste y yo estuvimos discutiendo mucho últimamente. Por el programa y por todas las cosas sexuales que tuve que hacer. También está el padre, que le estuvo llenando la cabeza en mi contra. Yo no quiero divorciarme, pero si va a poner a mi hija en mi contra vamos a tener problemas.
—Claro, por supuesto. No tiene derecho a hacer eso. Entonces… ¿Celeste estaba en contra de tu profesión?
—Sí, absolutamente en contra. Me decía que yo era puta degenerada que se dejaba coger por todos. Intenté explicarle que el sexo es una parte importante de la vida, y eso solo llevó a más discusiones. Hace poco hicimos las paces y pudimos charlar bien, sin arrebatos. Yo la escuché y ella me escuchó. Me contó que aún era virgen, nunca había tenido una experiencia sexual. Yo le dije: “El día que lo pruebes, vas a entender por qué me gusta tanto ser sexóloga”. Y le pasé el número de teléfono de uno de nuestros colaboradores. Le dije que ese era un tipo bien dotado, con experiencia, y que iba a saber tratarla muy bien.
—Y parece que así fue. Por la sonrisa que tiene se nota que disfrutó mucho. Y dejame decirte que esa no fue una sola pija. ¡Mirá toda la leche que hay!
—Sí, se nota que a Celeste la agarraron entre dos o tres. Me encanta que se haya animado.
—Además… ¡hasta quiere ser sexóloga, como vos! Eso es excelente.
—Sí, me pone muy orgullosa —dijo, secándose las lágrimas con un pañuelo de papel—. Le voy a enseñar todo lo que necesita saber. Me alegra que ya entienda por qué amo este trabajo.
———————
«La pasé bárbaro en el programa de hoy. ¡Litros de leche para mi solita! Un sueño cumplido. Si te gusta el semen tanto como a mí, definitivamente tenés que probar un buen bukake. Es una experiencia maravillosa».En la foto muchas pijas apuntaban a la cara de Roxana, ella estaba desnuda y arrodillada. Tenía la cara y las tetas cubierta de semen. Agarraba un par de vergas con la boca abierta, esperando recibir más de su preciado manjar blanco.
«Yo me preguntaba: “¿Será muy zarpado ir al instituto con este top de red? Es muy transparente… ¡pero me encanta! Lo usaría en todas partes”. Hasta que dije: “Mah, sí… mañana voy a trabajar con eso puesto”. Y así me fue… terminé con el culo roto. Quizás sí era un poquito atrevido usar ese top en el instituto. Pero no me arrepiento de nada».
«¡Qué equivocada estaba con el sexo anal! Cada día me gusta más. ¿Acaso no se me nota? Miren mi carita de felicidad cuando me llenaron el culo de leche. Además lo pedí yo… le dije al flaco: “Si me querés coger, vas a tener que darme duro por el orto”».
«Ahora me dieron ganas de usar ese top todos los días. Risita Maquiavélica».
«El problema es lidiar con los zarpados que me quieren tocar las tetas. ¡Hasta las chicas se zarpan! Una incluso me chupó una teta en el pasillo, ahí, frente a todos… ¡Qué atrevida!»
Se anexaba una imagen que mostraba a Roxana sonriendo con los ojos cerrados. Lucía su atrevido top blanco de red. Sus pezones podían verse claramente. Le habían hecho a un lado la tanga negra y le estaban metiendo una gruesa verga por el culo.
—Parece que ya se olvidó de sus prejuicios con el sexo anal —dijo Oriana.
—Ese fue un tema importante durante mucho tiempo —aseguró Candy—. Pero sí, en un momento llegó a aceptar que le gustaba mucho el sexo anal y empezó a probarlo cada vez con más frecuencia.
—La felicito —dijo Erika—, porque el sexo anal está muy bueno.
—Me sorprende mucho que Roxana se tomara esta actitud de puta de forma tan liberal —comenzó Oriana—. Es como si ya no tuviera filtro.
—Muy cierto —respondió Candy—. Pero sé, por toda la investigación que hice, que estas actitudes de puta venían por algunos problemitas psicológicos.
—De eso no tengo dudas —dijo Siara—. Se nota que está loca.
—Roxana estaba mucho más loca de lo que aparenta —aseguró Candy—. Acá solamente vemos uno de los aspectos de su locura. Por ejemplo: ella era una inconformista. No importaba lo bien que le estuviera yendo en la vida, siempre encontraba algo que la hacía sentir miserable. No soy psicóloga, pero creo que su libertinaje sexual era una forma de luchar contra todos los males que la hacían sentir miserable. El sexo la empoderaba… y Roxana se volvió adicta al poder sexual. Como si fuera una droga. Llegó un punto en el que ya no podía parar.
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«Un alumno se estuvo portando mal. Quiso zarparse con una de las profesoras cuando la cruzó en los baños. ¡Incluso llegó a meterle la pija! Pobre profe…»
«Ella lo mandó a dirección. Yo estaba charlando con Andrea cuando entró el chico y la profesora nos contó la situación. Cuando la profe se fue, a Andrea se le ocurrió que le diéramos una clase de Educación Sexual a este alumno tan atrevido».
«¡Se suponía que sería una clase teórica!»
«Al menos Andrea me jura que esa fue la intención. Pero el pibe no quería conformarse solo con la teoría. Quería un poquito de práctica también. Empezamos chupándole la pija entre las dos y… bueno, ya ven cómo terminó la cosa».
«Andrea, por tu culpa me llenaron el culo de leche ¡en mi oficina! Y durante el horario de trabajo. ¿Ves? Por esto tengo tantos quilombos con la junta directiva. Es tu culpa. A ella también le dieron por el orto. Ninguna de las dos se salvó de la furia sexual de este pendejo».
«Mientras a Andy le daban por el culo, yo le chupé la concha a Andy. ¿Por qué? Porque sí… me gusta chupársela. A veces se la chupo cuando estamos aburridas en el trabajo… y ella me la chupa a mí, obvio. Un poquito de sexo lésbico nunca viene mal».
«Por suerte después de sacarme esa foto Andrea vino a chuparme la concha mientras el alumno me daba por el culo sin parar. Tuve un rico orgasmo en la cara de la rubia. Me dio gusto dejarla toda enchastrada. Bueno, también me dio gusto que me llenaran el culo de leche ¿para qué lo voy a negar?»
———————
«Entonces le dije: “Si es por probar, una sola vez, no creo que esté mal”. Así fue que Milagros se animó a probar el sexo anal… ¡con su padre!»
«Le aconsejé que se pusiera ropa sexy, con lo linda que es no iba a tardar mucho en convencerlo».
«¡Y lo convenció!»
«Me mandó una foto para mostrarme cómo fue su primera experiencia con el sexo anal».
La foto había sido sacada por el padre de la jovencita. Una chica rubia de cabello corto. Su hija estaba delante de él, en cuatro sobre la cama. Ella miraba hacia la cámara con las mejillas enrojecidas. Vestía un lindo corsé de encaje blanco, con portaligas incluído. Se podía ver cómo la punta del glande se hundía en su culo y cómo de éste salía semen.
«Te pido perdón, Milagros. No sabía que tu papi la tenía tan grande (y tan linda). Es mucha pija para un culito tan apretado. Pero bueno, lo importante es que te animaste a probar. Espero que no te haya dolido mucho. Al menos en la foto puedo ver que te acabaron dentro del culo, eso significa que pudiste aguantar hasta el final. También me alegro por eso».
«Dios… ¡qué linda que sos! ¿No te gustaría tener una clase de sexo lésbico conmigo?»
«Es broma… es broma…»
«¿O no?. Risita Maquiavélica»
———————
«Ok, bien… esta reunión no terminó como esperaba. Me ensartaron por los dos agujeros. Pero ¡hey! No me echen la culpa a mí. Miren mi cara. ¿Notan lo sorprendida que estoy? Es porque no tenía idea de que esto iba a pasar».
En la foto dos hombres tenían alzada a Roxana Carmín. Ella estaba boquiabierta. Su camisa blanca abierta, mostrando que tenía puesto un corpiño de encaje celeste. Sus piernas estaban levantadas y se podía ver claramente como uno de los tipos la penetraba por la concha y el otro por el culo.
«Dejen que les cuente cómo pasó esto. Estaba reunida con estos dos miembros del ministerio de educación, charlábamos lo más bien sobre los nuevos proyectos para el instituto cuando ellos empezaron a hacerme preguntas extrañas. “Roxana, ¿está usando ropa interior?”. Y les dije la verdad. Últimamente no uso mucha ropa interior, ni siquiera en el trabajo. Les pedí disculpas, porque pensé que me habían visto la concha en algún momento en que me agaché o algo así. Es que tenía puesta una minifalda muy corta. Les aseguré que fue solo un descuido, que por favor no pensaran mal. Y cuando me di cuenta… ya me tenían alzada, con una pija en cada agujero. Y no eran dos… ¡eran tres! El tercero fue el que sacó la foto… y esperó pacientemente su turno para deleitarse con uno de mis agujeros».
«Igual… no me quejo. La pasé muy bien».
———————
—¿Ya vieron suficiente? —Preguntó Candy.
—Sí, ya tenemos un claro panorama de lo que pasó —dijo Siara—. Roxana Carmín se volvió completamente loca. Lo que no entiendo es cómo pudo durar tanto tiempo siendo decana sin que la echaran.
—Esto queda entre nosotras: Roxana tenía vínculos con la mafia. ¿Conocen a Octavio Lanzani?
—Yo lo conozco muy bien —aseguró Erika—. Es el padre de Fermín.
—Bueno, él era el principal protector de Roxana. Si alguien se metía con ella, Octavio Lanzani te hacía la vida imposible. Lo sé por experiencia.
—¿Te amenazó de muerte o algo parecido? —Preguntó Oriana.
—No, Octavio no es tan tonto. Sabe que matar a alguien le puede traer serios problemas legales. Sin embargo, es muy persistente e ingenioso. De alguna forma se las va a arreglar para joderte la vida. Muchos de los que intentaron voltear a Roxana la pasaron muy mal, gracias a Octavio.
—Ya veo —dijo Siara—. Estaba muy bien protegida.
—Sí; pero esa protección se terminó de forma repentina. De un día para otro. Roxana parecía intocable, y de pronto anunciaron que quedaba despedida del cargo de decana. Ahí fue cuando se conformó la actual Junta Directiva y nombraron a Mario Dalessi como decano. Todo pasó muy rápido. Esta fue la última publicación de Roxana en su página web:
En pantalla apareció una foto de la mencionada decana, desnuda como en la mayoría de estas fotos. Estaba acompañada por varios hombres. La tenían montada sobre una verga y le estaban metiendo otra por el culo. Había varias vergas erectas esperando por su turno.
«El programa de hoy fue espectacular. Memorable. El gang-bang es una experiencia maravillosa. Toda mujer debería probarlo alguna vez».
—¡A la mierda! —Exclamó Erika—. ¿Hizo un especial dedicado al gang-gang? Eso tengo que verlo.
—Después mirás el video en tu casa —dijo Siara—. Ahora tenemos cosas más importantes que tratar.
—¡Ufa! —sus cachetes se inflaron y su cara se puso roja.
—Entonces… ¿después de eso la echaron? —Preguntó Siara.
—Sí; pero estoy segura de que no fue por el gang-bang. Roxana ya había hecho cosas parecidas en su programa. Tuvo que pasar algo más. Durante estos años intenté averiguar qué pasó para que una persona tan poderosa perdiera todo ese poder de un día para otro. Y ahora ustedes están con todo este asunto de Uvisex. Yo escuché esa palabra muchas veces, y me daba una idea de qué podía ser. Pero nunca tuve el dinero como para poder acceder… estoy segura de que el programa de Roxana servía como publicidad para Uvisex. Por eso tenía una versión en vivo más explícita y luego una versión grabada. A veces hacía referencia a “esos capítulos especiales” y mucha gente se preguntaba de qué hablaba… porque no parecía referirse a los especiales temáticos, como el de la masturbación. Hablaba de otra cosa.
—Probablemente Roxana hacía contenido especial que solo podía verse en Uvisex —sugirió Xamira.
—No lo creo —dijo Candy—. Porque eso hubiera roto la continuidad de su programa. Roxana Íntima tenía cierta continuidad narrativa que nadie quería perderse. Las cosas se fueron poniendo más y más picantes de forma progresiva. Era lo que más atraía y alejaba público. Aunque si es posible que haya tenido apariciones en Uvisex que no estuvieran directamente ligadas a su programa.
—No recuerdo haberla visto en Uvisex —dijo Oriana—. Pero el contenido de esa web parece infinito… y mientras más mirás, más videos se desbloquean.
—Yo te voy a ayudar a buscar —dijo Erika.
—Si no les molesta, a mí también me gustaría mirar —dijo Candy—. Siempre quise ver lo que hay en esa web.
—Vení mañana a mi casa —la invitó Erika—, y lo miramos juntas.
—Muchas gracias.
—Muy bien —dijo Siara—. Tenemos nuevas vías para la investigación. Erika y Candy se van a encargar de mirar Uvisex, por ahora.
—También vamos a hablar con Octavio Lanzani —dijo Erika.
—Perfecto, eso se los dejo a ustedes —Siara tomó nota—. Alguien tiene que hablar con las colaboradoras de Roxana, para eso le podemos pedir ayuda a Sofía.
—Yo ayudo con eso —dijo Yelenna.
—Yo me encargo de hablar con Alexis —le recordó Xamira.
—Muy bien. Oriana y yo vamos a buscar a Roxana… aunque no sabría por dónde empezar.
—Ni yo tampoco —dijo Candy—. La entrevisté después de lo ocurrido, me contó muchas cosas; pero no me dijo que pensaba hacer con su vida ahora que no era más decana. Y no volví a verla desde entonces. Está ilocalizable. Aunque sospecho que estará trabajando en algo relacionado al sexo.
—Mmm… creo que sé por dónde empezar —dijo Oriana—. Podríamos hablar con Mariela, mi profesora particular.
—¿Por qué creés que Mariela puede conocer a Roxana? —Quiso saber Siara.
—Tengo una corazonada. Después te explico.
—Ok, está bien. Estamos avanzando —dijo Siara—. Por ahora intentemos no tomar otros casos. Este es demasiado grande y nos va a demandar mucho tiempo. Doy por concluida la reunión de hoy. Hasta nuevo aviso, Uvisex es nuestra prioridad.
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